Edificio de 7 viviendas en antigua clínica privada.
Con Enric Mir y Carlos Ferrater.
El edificio exento de la antigua clínica Soler-Roig es un edificio de referencia de la vida barcelonesa en los años 60 a 80, tanto por ser líder en el ámbito médico de la traumatología, como también por ser una obra significativa del renombrado arquitecto Francesc Mitjans.
La transformación del edificio a su nuevo uso fue de gran complejidad constructiva dada que la restructuración de los espacios era de difícil combinación con la rigidez espacial del sistema radial de las paredes de carga originales.
La planta semisótano, donde habitaban las monjas enfermeras, y la planta baja, donde estaban los consultorios y quirófanos, se transformaron en 3 viviendas dúplex con jardín privado. Las otras dos plantas superiores se transformaron en otras 4 viviendas, los dos superiores dúplex con terraza.
La imponente fachada curva se ve potenciada por un muro cortina alabeado que reordena la parte inferior del edificio sustituyendo el enjambre de diferentes oberturas que respondía a una funcionalidad que desaparecía. El edificio refuerza, con esta intervención y con un voladizo en la cubierta de los dúplex, la volumetría que fue la idea original del proyecto.